Subí hasta tocar el cielo, luego rodé hasta caer al mar...
siempre taconeando a tacón completoY paso desenfadado.
Crucé el vergel, flores, casa de colores y techos oxidados...
Sentí el viento frío entrar por las orejas...
Saludé a diez perros , más dos borrachines al paso hasta llegar al mirador
Del café a contemplar la puesta de sol...a veces el amanecer.
Cuando el mar trae noticias del otro lado del planeta...o unas palabras vagas señalando deriva...me pongo un grueso chaleco de lana opaca para suavizar. Y Espero que el canto salga por las narices...
Canté poesías fuera de mí porque dentro siempre desafino...
Con los pies hinchados de tanta escala...tropecé con la fragancia indiscutible del húmedo trasnoche...
Desayuné en tus pies y seguí camino hasta tocar tus pechos...
Entonces pedí marraqueta y me dieron batido...pedí un cortado y me trajeron un tazón de café con leche, de las tazas antiguas... de esas que no se acaban fácilmente. Que hay que luchar para dar el último sorbo...pero que con gracia siempre se llega al destino.
...dentro de este valle en alturas...imperio preferido...de monos marinos salud por ellos y los cerros que se caen de sueños...
Para todos... váMonos a Valpo....saludos
