miércoles, 17 de agosto de 2011

Del ANIMAL al COSmos...(Bheeto ven)




ESto viene denso como un chocolate suizo doble....venga para ti que estás despertando en este día de lluvia fría, en geografia Sur 33º 27' 00.0'' (latitud) y Oeste 70º 40' 00.0'' (longitud).....

Me acerqué al gran mono sabio y le pregunté de dónde vienen los hombres?


Me dijo.- "El fragmento nació cuando el Todo que era Vacío, se desintegró en una explosión mega hace unos segundos atrás antes de que el hombre fuera hombre. La luz en expansión recorrió el universo dentro de un horno a más de mil millones de grados y forjó la figura incandescente en millones de colores de una misma matriz. El polvo de estrellas llegó a todos los rincones hasta cocer por completo la incertidumbre transeúnte. De ésta mágica fórmula la coalición de factores sumó la energía potencial y llegó a conjugar verbos y asomarse en palabra silenciosa, la sombra del pensamiento, la plateada idea. La explosión, aunque no la veas sigue su curso, en vibración poderosa corriendo por los andenes estelares, no ha cesado jamás y a ello se le designa cambio. Y lo entendemos como tiempo, y cuando se cristaliza y estalla en arena seca lo percibimos como masilla de espacio. Pero sin duda la explosión sigue y sigue estando tanto dentro como afuera del entendimiento trivial en ese fragmento originario imaginarlo y discutido en asambleas internacionales como quien come algodón de azúcar rosada en el parque de las ilusiones y sentidos, tan esponjoso que apenas lo llevas a la boca se disuelve y desvanece por completo, sobresaliendo el dulzor profundo de la lengua nativa, que te obliga a comprar otro, y otro más, por centurias. Entonces le ponemos nombre y adjetivo calificativo para que la memoria lo detenga, lo enganche con manos y dientes para que no se escape a ningún lado. El fragmento pasa a tener propiedad. En otras palabras es nuestro y nos apoderamos de él. Tiene el secreto de la vida y por consiguiente de la muerte, y sin él no somos nada, tal vez solo mendigos de conocimiento, cocinando nuestra conciencia a fuego lento, casi crudísimo en la mirada del ángel. Así el fragmento se convierte en millones de concepciones, apellidos y antifaces, que nos da la seguridad del pecho materno y por supuesto, a que asirnos cuando el vaivén del remolino del deseo nos tambalea.

Entonces, cuando pasa lo que pasa, sin juicio ni prejuicio, en el momento preciso, trae consigo lluvia de risas o tormenta de lágrimas. La máscara prescrita por el médico de turno. La mente se auto nomina doctor ciencia salvadora o bendita religiosidad pasajera. La Mente telúrica se enciende como algodón de parafina en pleno Sahara de la conducta humana. Todo causa una explosión de horrores que se repite entre una vida y la vida de mañana. Quizás,  olvidamos que viajamos expulsados por esta gran energía que nos lleva corriente oceánica hacia orillas infinitas y creativas, de arenas invisibles para los ojos incrédulos y más que reales para los poetas mitológicos. Y nos distraemos con el roce megalítico electoral que pasamos a ser solo huesos, carne y semen en proceso, y nos endeudamos con la intuición, y se nos olvida la explosión que nos llevo a estas letras. De qué estás hecho, y quién eres rostro melancólico?



La bitácora de vuelo encantada por el inicio del fragmento estallado explotado, en arena se dibuja las mente que pululan por doquier. Asimismo la mente copia su patrón privilegiado y estalla en cientos de ideas y cuerpos que copian su patrón y vuela en millones de movimientos.

Si el fragmento se detuviera y fuera visto con nuevos ojos. Qué vería. Dentro de las partes las partes flotaban, caían, se unían y se repelían como jugando en jardín de niños. No todo te agrada ni nada te repulsa. Igualmente los átomos fragmentados colisionaban se rozaban, se murmuraban nuevos bríos hasta algunos se fundían, pero sin duda eran partes, solo partes en suspensión dinámica revoloteando como hojas otoñales.

Demos un vistazo a los insultos y a los piropos y decantemos muchas veces, no solo una egoísta vez, en lo que llamaré el telón de Aquiles. Un paño que le cubría su cuerpo grandioso y su mente esplendorosa hasta transformarlo en lo que era la figura de nunca acabar. Precisamente ese Aquiles cubierto con un telón blanco atado con un pequeño nudo impedía dejar de ver su piel sacra humana que tenia herencia de dioses y lo hacia poseer lo que nadie había poseído. La vital, la vida nostra de la vida encendida como hoguera inextinga. Pero el telón fue su suerte el día del epicentro, cuando de la mano a la mariposa amarilla cogió de sus alas la infortuna extinción. Nadie vive para siempre solo una coma de descanso entre párrafo y párrafo anuncia la partida. Por qué querer perdurar hasta siempre, el hombre bufonea al respecto y se agravia a si mismo tratando de sostener la perfección de la que solo tiene el origen del fragmento. Date cuenta del origen y revela tu vida diariamente como eso, fragmento de importancia conectada en este viaje de multicolores formas endiosadas.

Fragmento importante para conectarse con otro y formar la imagen y el telón de Aquiles, lo que te conforma, sabiendo que eres cuerpo divino dentro de ello que te ata. Pero divino extinto como todo hasta seducir a la misma expansión de las expansiones.

No llores por lo que crees que se acaba, ni por lo que crees que dejaste, piensa que es solo un regalo de esos que debes dar a quien te ha cobijado. El cuerpo habla por si mismo, pero en franjas, píxeles, arenas y partículas y baila formando la danza de la creación. De la que somos adictos a percibir.

Pero no olvides que solo eres eso la parte importante del todo siempre expandiéndose. Frágil y conciente, del color que te correspondió ser  vivido.
Del animal al cosmos, del cosmos al humano y del humano a sol y del sol a la luz.
palabras de filósofo...de aquellos extintos pero nacientes...que más puede sonar que Bethoven el maestro...
buen día, larga vida